lunes, 5 de septiembre de 2011

Urge a México programa emergente; no estamos blindados

Es muy importante que las autoridades hacendarias y financieras mexicanas articulen un programa emergente para los próximos 15 meses, que proteja a la población, ahora que el ambiente económico en el mundo se ha tornado de repente amenazador y que no estamos blindados contra el desempleo ni contra la generación de una mayor pobreza.

Es innegable que nos desafían, desde el exterior, crisis de deudas soberanas en importantes países de Europa; y más cerca de nosotros, los Estados Unidos que tiene que reducir su nivel de gasto gubernamental, ya que hace días su Congreso rechazó la solicitud del Ejecutivo de una ampliación suficiente al tope de deuda pública autorizado para gasto.

México depende demasiado de la suerte de la economía norteamericana y ésta no va tan bien. El futuro próximo les augura por lo menos una década de muy lento crecimiento y por ende una disminución en sus requerimientos de productos mexicanos que les exportamos, hasta que no ordenen su relación “déficit gubernamental-endeudamiento-ahorro interno”.

Los problemas económicos que afectan hoy al mundo desarrollado son atribuibles esencialmente a desequilibrios financieros; pero tenemos la experiencia histórica que esas cuestiones suelen debilitar la parte “real” de las economías –como la producción nacional, el empleo, y las cuentas externas--, que terminan enfermándolas, y de “catarritos” pasan a “pulmonías mortíferas.”

Decíamos al principio que, en realidad, no estamos blindados. No están blindadas las variables económicas que impactan a la población. De ahí que los cerca de 200 mil millones de dólares, que enorgullecen al Secretario de Hacienda, son las reservas internacionales del Banco de México y los derechos de giro contra el Fondo Monetario Internacional, que solo sirven para respaldar la convertibilidad de nuestra moneda a monedas extranjeras.

O sea, esos recursos no están disponibles para fortalecer el mercado interno, para invertir; ni le sirven al gobierno para generar empleos o para apoyar la producción. De hecho, son dineros que no pertenecen al gobierno mexicano para ejercer gasto público. Eso siempre lo ha dicho el Banco de México, cuando observadores bien intencionados, pero desinformados, han criticado la acumulación de reservas internacionales y proponen que se gasten.

Por lo tanto, hay que buscar por otro lado para fortalecer nuestro mercado interno, ya que es importantísimo fortalecerlo con mayor demanda por productos mexicanos, generando así empleos.

Ya dijo el Secretario de Hacienda, que entre las acciones necesarias es que las Secretarías de Estado y demás entidades del sector público ejerzan sus presupuestos, pero especialmente las partidas para inversión, ya que esas generan empleo además de producción futura. Lo importante es que se hagan cosas relevantes para promover la actividad económica en México. No es suficiente hablar de cosas que no funcionan o que nomás hagan ruido.

El Colegio Nacional de Economistas ha estado instando al Ejecutivo Federal que monte un plan emergente –ahora más urgente- que involucre también a los Estados y Municipios en proyectos que generen nueva demanda agregada.

La prudencia con que se han manejado las finanzas públicas, le da margen al Gobierno Federal para ejecutar un plan de esa naturaleza, sin que le generen presiones inflacionarias.

Tenemos energía acumulada. Utilicémosla. Ahora es cuando.

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