Paula Andrea Soto M.
Bogotá, Colombia
Las mujeres hoy en día están siendo víctimas de maltrato por parte de su novio, esposo o compañero sentimental. En muchos de estos casos la víctima ya no vive para contarlo. En Colombia, todos los días se escucha un nuevo caso de cómo la intolerancia trae consigo nuevas víctimas, muchas veces por culpa de las mismas mujeres, que permiten abusos y malos tratos como si estos fueran muestras de afecto, pero esto debe parar y las mujeres deben de tomar la decisión y alejarse antes de que sea demasiado tarde.
El problema está en que en la mayoría de los casos las mujeres que han sido maltratadas son muy vulnerables porque tienen baja autoestima y una gran necesidad de ser aceptadas y amadas, por esto prefieren no buscar ayuda o lo que es peor vuelven a creer en la persona que les ha causado daño.
Sin embargo, no hay excusas para apelar a la agresión física o emocional. Entre seres racionales hay formas más civilizadas de resolver los problemas, aun así, pareciera que no lo es, todo lo contrario, la agresión crece cada día más y se manifiesta por medio de golpes, mordidas, patadas, amenazas y ataques con arma, estrangulamiento, violación, y por último la muerte.
Se debe de tener en cuenta que este tipo de agresión no se da únicamente entre mujeres dependientes con poca formación o bajo nivel cultural; jóvenes universitarias o jóvenes de clase media y alta son también objeto de este tipo de agresiones, aunque sus posibilidades personales y económicas hacen que no se prolonguen en el tiempo; sin embargo, no siempre es así.
Este es el caso de la diseñadora Clarena Piedad Acosta Gómez de 43 años, quien fue asesinada por su esposo el empresario de la moda Samuel Enrique Viñas Abormohor, de 45 años, quien sin dolor alguno le propinó dos disparos en la cabeza luego de tener una acalorada discusión; los esposos Viñas-Acosta eran reconocidos por haber forjado una emprendedora empresa, que tenía el reconocimiento en pasarelas del interior del país, Centro América y Estados Unidos. Esta historia terminó así después de muchos años de agresión física y verbal que fueron conocidos y a su vez ignorados, como suele suceder siempre.
Casos como este y aun más aberrantes aparecen todos los días, como el del coronel Aldana quien no sólo asesinó a su esposa, sino que además la descuartizó sin contar la sangre fría que tuvo para hacer 58 cortes en su rostro, arrancarle las huellas digitales, remover sus órganos, quitarle dos costillas y los implantes mamarios para ocultar su identidad; definitivamente no tiene nombre. Como este caso son muchos y lo que no se logra entender es cómo no es suficiente con todas las catástrofes que se viven a diario, sino que tenemos como hobbies los seres humanos acabar con nuestra razón de ser y existir, y además, disponer de la vida de otros, creyendo ser Dios.
Las mujeres están en la mira, y es un tema que debe ser tenido en cuenta no solo por las autoridades, sino por cada uno de nosotros, por solidaridad y por amor a la vida misma no podemos permitir que cosas como estas sigan ocurriendo no solo en Colombia, sino en todo el mundo.
Agaradecemos por su colaboracion.Lic.Paola Andrea Soto M.
Colombia.