Por Ramón Venegas, Director adjunto
En el pequeño pueblo de Tlacote, en el estado de Querétaro, a dos horas y media al norte de la ciudad de México, se decía que un manantial producía agua milagrosa.
El dueño del rancho Tlacote Jesús Chaín descubrió las propiedades curativas,
cuando un perro herido con lepra, sanó rápidamente después de que lo bañaron con el agua milagrosa. Después la probó en los trabajadores enfermos de su rancho con exitosos resultados.
Ya para 1991 abría sus puertas al público, y la noticia iba hacia todas direcciones, primero a México, Estados Unidos y posteriormente a otros países. Los medios de comunicación masiva mexicanos y de otras naciones hacían acto de presencia.
La supuesta agua milagrosa curaba todas las enfermedades, entre ellas la diabetes, la epilepsia, la artritis, el cáncer y hasta el sida.
Pero no era fácil adquirir tan preciado líquido, ya que las colas para comprarla eran de varios kilómetros, al grado que mucha gente dormía ahi, además vendían solamente tres litros por persona.
La idea de hallar una cura o cura parcial era exitantemente indescriptible.
El fenómeno del agua de Tlacote se extendía por todo el mundo y cada día aumentaba la cantidad de gente comprando el preciado líquido.
Al poco tiempo el agua de Tlacote era tema del día en todo el mundo, se decía que era agua de vida que todos querían beber.
La pequeña población del mismo nombre gozaba su mejor momento, pues estaba saturada de buses y automóviles, en tanto sus pobladores, que vivian con muy escasos recursos hicieron con sus vendimias un cambio de vida radical.
Los pobladores se dedicaban al comercio informal y vendían de todo, café, pan, menudo, pozole, tamales, tacos, comida casera, dulces, chicles, y desde luego botes y cubetas para que los compradores pudiesen llevar sus raciones de agua.
Desde luego llegaban personas de todas las clases sociales, gente humilde como adinerada en autos de lujo, con placas nacionales y extranjeras.
No faltaron en llegar los japoneses, alemanes, españoles y argentinos.
Asimismo, hicieron acto de presencia personajes de la política, actores y cantantes nacionales e internacionales en busca de salud.
Se calcula que más de tres millones de personas acudieron para tomar ese líquido mágico misterioso y millones más las bebieron llevadas por otras personas.
La fila para comprar el agua milagrosa fluctuaba entre cinco y diez mil personas diariamente. Todo estaba bien organizado, las filas de gente se movían con gran fluidez. Al llegar, habría de registrarse; la esposa de don Jesús, quien era doctora, revisaba a cada visitante y decidía la cantidad y dósis apropiadas, recetando agua en forma oral externa, o incluso para los ojos. Todos la atiborraban con preguntas.
Pero el Gobierno del Estado se dio cuenta, y no le quedó más remedio que colaborar con ellos. Para esto, proporcionó grandes tanques de acero inoxidable para depositar el agua, que se bombeaba desde el pozo y de ahí se servía a la infinidad de recipientes plásticos que la gente adquiría con los
vendedores de la población.
Aquello era una romería, con gente llena de fe y esperanzas, como si estuvieran adquiriendo el agua de Lourdes.
Especialistas en temas hídricos, que cuentan con los instrumentos necesarios para medir la calidad del agua, determinaron que se trataba de agua común y corriente, ligera de pozo.
Sin embargo la gente creía en ella, y para muchos era su última oportunidad, empero la fe que mantenía a tanta gente, quizá los haya aliviado de cualquier padecimiento.
1 comentario:
Buenas tardes. lo único que yo te puedo comentar es que esa agua si eliminaba las toxinas del cuerpo humano ( no curaba, porque no era un medicamento ). Hoy día se sigue utilizando para ayudar a mucha gente a tener una mejor calidad de vida. Se conocía como agua de tlacote por el lugar donde se utilizaba, pero su nombre real es agua alotropizada y detrás de eso había tecnología al servicio de la humanidad. Si quieres saber más acerca del tema contáctame al siguiente correo: egrojyr@hotmail.com y te explico algunas cosas detrás de todo esto.
Publicar un comentario