Por Ramón Venegas Limón.
Cuento.Algunas veces, el significado del patronímico de las personas concuerda perfectamente con su propia personalidad.
Este es el caso de Locadio, hombre aciago, a quien desde su infancia hasta su consunción amó profundamente a los seres inferiores al humano, a grado tal que en todo momento imitaba su forma de comportamiento.
Pero este anómalo personaje tenía especial predilección por los chivos, con quienes convivía tan estrechamente que había logrado identificarse como uno más de ellos.
Locadio se alimentaba al igual que los demás cabritillos. También remedaba a los cuadrúpedos al andar, pues tanto las palmas de sus manos como sus rodillas hacían las veces de las patas que la madre naturaleza le había negado.
Locadio se había convertido en un compañero indivisible para los chivos, aunque por supuesto, era ya objeto de la mofa de todos los habitantes de la población.
A pesar de que Locadio era un individuo indocto, él se sentía feliz completamente, pues su relación con la gente que formaba la comunidad era nula, evitando así, como es natural, fricciones derivadas de la vida social.
Pero Locadio no deseaba saber nada de los hombres. De hecho, su verdadera familia y sus compañeros eran nada menos que los propios chivos.
Así transcurrieron los años, hasta que el Ser Supremo llamó a Locadio a formar parte de una nueva vida llena de gozo espiritual.
La población entera rindió homenaje a aquel hombre que jamás hizo daño alguno a sus semejantes.
Locadio había ganado su pase hacia la vida eterna. Su entrada al reino de los cielos era inminente.
Un buen día, el Dios omnipotente se encontraba efectuando una minuciosa revisión en el paraíso, cuando se percató de la presencia de Locadio al lado de los chivos.
Inmediatamente le ordenó que se integrara con los demás hombres; más fue tan grande su tristeza al abandonar a sus compañeros, que nuevamente volvió a morir…
Gracias por su colaboración.
Lic.Ramon Venegas Limon.
Atte.La Direccion.
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Aproximadamente al medio día del sábado 21 de mayo, en un operativo del Ejercito Mexicano realizando rondines cotidianos para resguardar la seguridad de la comunidad, se detuvieron en una calle de la colonia ferrocarril a revisar una camioneta cheroke, color blanco, con placas de circulación del Estado de Sonora VXM-98-58 que se encontraba estacionada muy sospechosa en una avenida de la colonia ferrocarril, el ejercito decidió efectuar una inspección vehicular precautoria, pero al percatarse del operativo el pasajero del vehículo, este salto por la puerta del copiloto, un sujeto joven de aproximadamente 20 años de edad, vestido con una camisa verde, short blanco y tenis blancos, emprendiendo veloz huida por la calle 7 de la colonia ferrocarril y rumbo al poniente de la ciudad perdiéndose en un callejón de la colonia. Al llevarse a cabo la revisión se encontraron tres bolsas conteniendo mariguana, droga sintética llamada cristal y dinero en efectivo, producto de las ventas de este “carrito feliz“, pero desafortunadamente el veloz vendedor de drogas logro darse a la fuga.
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