Millones de niños son traídos al mundo sin haber sido planificados, otros por padres a quienes el estado no les ha brindado oportunidades a nivel laboral, que les permita tener una vivienda digna, salud, o simplemente suplir aquellas necesidades básicas y poder tener una mejor calidad de vida y en otros casos aquellos que nacen en cuna de oro y no les hace falta nada, aunque bien dicen por ahí que el dinero no lo es todo, pero si ayuda bastante.
Como consecuencia de la falta de estos derechos fundamentales, muchos de estos niños ni siquiera alcanzan la adolescencia, pues algunos simplemente mueren por desnutrición o por falta de atención médica oportuna, pero lo más preocupante son aquellos que siguen viviendo, los que tienen la mala suerte de ser presas fáciles de un inframundo donde prima la ley del más fuerte, niños que carecen de educación, donde la descomposición familiar es la base de su futuro.
Estos niños son hijos de la violencia, viven en medio de la pobreza, injusticia, ilegalidad, exclusión social, desempleo y miles de oportunidades, pero no para salir adelante, sino para empeorar aún más su situación.
Los niños entre los 9 y 14 años de edad ya no utilizan los lápices y colores, ni mucho menos sus juguetes de mentira, ellos los han cambiado por unos de verdad, las armas.
Estos niños viven sin Dios y sin ley, pasan por alto todas las reglas, casos como el de la ciudad de Cali, Colombia, donde el subintendente Luillit Johany Otalvaro, de 35 años y el patrullero Wílber García García, de 30 años, fueron asesinados por dos jóvenes, uno de 14 años de edad y el otro de 16, quienes le propinaron tres impactos de bala, y qué se dice del caso de una abogada en Medellín, que estaba a un mes de dar a luz y fue asesinada por dos jóvenes sicarios, ambos menores de edad.
Eso no es lo peor se considera que en Bogotá se encuentran menores de 15 años que ya llevan 4 muertos encima, en un sector de la ciudad, un joven de 16 años se encuentra en un centro de reclusión por la muerte de su novia, también adolescente, además cuatro asesinatos más, estos niños que ya no tienen nada de niños, no solo matan sino que también roban y causan daños personales.
Estos niños delincuentes, asesinos, no deben andar por ahí matando a la gente, deben ser totalmente responsable de sus actos, por lo que deben afrontar un juicio e ir a la cárcel, sin embargo, se piensa que un niño de 14 años no se le considera mentalmente preparado aún, ni lo suficientemente responsable como para realizar o decidir efectuar todas esas acciones, no obstante, la ley debería ser más rígida y a su vez justa.
En estos dos últimos años se han cometido 542 homicidios, la mayoría ha sido por niños menores de edad y lo que es peor por encargo, cifra revelada por uno de los diarios más importantes del país, El Tiempo.
Los ciudadanos debemos hacer valer el derecho a la vida, y como dice en el artículo 3 de la Declaración Universal de los Derechos Humanos "Todo individuo tiene derecho a la vida, a la libertad y a la seguridad de su persona".
Paula Andrea Soto Medina.
Lic. en Comunicación Social y Periodismo
Colaboradora en Bogotá, Colombia.
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