Debido al cabildeo de los fabricantes, la mayor parte de las entidades ha relajado sus requerimientos para otorgar permisos, señala el diario.
Nueva York. En la mayoría de las entidades de Estados Unidos es hoy más fácil que nunca obtener un permiso para portar armas, incluso para personas con historial criminal o con problemas psicológicos, afirmó hoy The New York Times.
El diario estableció en una nota publicada este martes que debido al cabildeo de la industria fabricante de armas en Estados Unidos, la mayor parte de las entidades ha relajado sus requerimientos para otorgar e incluso para revocar permisos para portar armamento.
“En todo el país, es más fácil que nunca portar un arma en público. Presionados por el cabildeo de la industria de armas, la mayoría de los estados ahora requieren sólo un chequeo básico de antecedentes y quizá una clase sobre seguridad para otorgar un permiso”, afirmó el diario.
La investigación determinó que cada vez más estados permiten portar armas en sitios donde antes estaban prohibidas, como bares, instalaciones universitarias y templos de oración, y que esta permisibilidad está por expandirse aún más.
La nota explicó que el cabildeo de la industria de las armas impulsa una legislación, que podría ser votada el próximo año, que obligaría a los estados a reconocer los permisos para portar armamento que emitan otras entidades en el país.
La investigación se centra en el estado de Carolina del Norte, donde hay 240 mil permisos registrados para portar armas, de los que más de dos mil 400 están en manos de convictos por crímenes o por faltas administrativas.
“Aunque la cifra representa un pequeño porcentaje de los permisos, más de 200 permisos fueron otorgados a criminales convictos de delitos graves, incluyendo al menos 10 asesinatos u homicidios. Sólo dos de estos homicidas emplearon un arma que no fuera de fuego”, asentó el periódico.
La investigación también arrojó que más de 200 portadores de permisos en Carolina del Norte habían sido condenados por faltas relacionadas con un arma, incluidos individuos que agredieron a otra persona y cerca de 900 licencias están en manos de convictos por conducir en estado de ebriedad.
“La revisión genera dudas sobre qué tan bien los funcionarios del gobierno supervisan el proceso de otorgamiento de permisos. En cerca de la mitad de las convicciones por crímenes, las autoridades no revocaron o suspendieron el permiso del portador, incluyendo casos de homicidio, violación y secuestro”, enfatizó el diario.
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