martes, 28 de junio de 2011

La injusticia de la justicia

Por Paula Soto M.
Bogotá, Colombia

Día a día en Colombia vivimos una serie de acciones delictivas que parecieran no tener fin; sin embargo los colombianos pensamos que para nuestra seguridad y protección contamos con la Policía Nacional, un ente encargado de la protección de los ciudadanos, con una serie de valores como la justicia, la transparencia, el respeto, la vocación, honor policial, entre otros, y principios intachables como son: el principio de la vida, de la dignidad, de la excelencia, de la equidad y la coherencia, ¿en dónde queda todo esto cuando se dio a conocer desde el domingo 30 de enero el video de cuatro minutos y 47 segundos grabado en el 2009 en el municipio de Puerto Tejada, en donde integrantes de dicha entidad atacan, torturan, ahogan y finalmente sepultan vivo a un canino.

El director de la Policía Nacional, general Oscar Naranjo repudia el hecho y anunció la destitución inmediata de los involucrados, entre ellos el patrullero Misael Ruiz Quintero, sin embargo los otros 4 involucrados ya no pertenecen a la institución, por lo cual serán inhabilitados para ejercer cargos públicos en un período de 5 años, y se les llevará a cabo las investigaciones pertinentes. El general Naranjo afirmó que se construirá un monumento en honor a todos los animales víctimas de maltrato, pero, ¿podrá esto cambiar en algo lo ocurrido?, ¿hasta qué punto puede llegar la crueldad del ser humano?

Cualquiera podría pensar que no existen leyes para este caso, sin embargo en Colombia existe la ley 84 de 1989 la cual pareciera que no tiene validez alguna, ya que dicha legislación se encuentra en proceso de reforma, es allí donde el artículo 1 dice que los animales tendrán en todo Territorio Nacional especial protección contra el  dolor y sufrimiento, causados por el hombre, pero ¿que se puede esperar si los encargados de velar por nuestros derechos son los primeros en violar las normas?, en este caso se comete no sólo una violación sino varias, que fueron lesionar al canino a golpes, ahogarlo con un lazo, lastimarlo por simple perversidad y finalmente sepultarlo vivo. Cada una de estas son mencionadas en la Constitución.

Luchemos para que el maltrato animal sea penalizado, y no solo aquí, sino en todos los lugares donde ocurren cosas como estas, y hagamos lo posible porque personas de este tipo no estén a cargo de nuestra seguridad y protección, ya que si desgraciadamente esto lo hacen con un ser inofensivo, como lo es un animal doméstico, lo mismo podrían hacerlo con un ser humano, teniendo en cuenta que este tipo de conductas son el comienzo de trastornos sádicos de la personalidad, según el Manual de Trastornos de la APA (Asociación Psiquiátrica Americana) y según el doctor humanitario Albert Schweitzer fundador de la Unidad de Ciencias del Comportamiento del FBI, quien asegura que el maltrato animal es la primera alerta de una patología violenta que incluirá vidas humanas.

Esto no puede seguir así, pero si hay algo claro en la ley de la vida, “el que a hierro mata, a hierro muere”. 
Gracias por su colaboracion. Lic.Paula Soto M.
Atte.La Direccion .
apsonoticas.blogspot.com

1 comentario:

Anónimo dijo...

Me encanto el articulo, refleja la triste realidad de nuestra sociedad o sera suciedad?

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